miércoles, 26 de octubre de 2011

La importancia de la identidad


Como algunos sabréis ahora me encuentro trabajando en la Universidad de Washington (Seattle) hasta diciembre. Fuera de los motivos profesionales/académicos que me han traido hasta aquí una de las cosas que más me atraía de pasar un tiempo den Estados Unidos era experimentar el concepto de deporte universitario que tienen y como lo hacen funcionar.

Lo primero que te das cuenta es que toda la estructura, técnica, logística y administrativa, que rodea a los deportistas universitarios sea cual sea su nivel, es completamente profesional. A un nivel comparable a la estructuras de los equipos profesionales de futbol en España. Obviamente esa es una de las claves principales de los excelentes resultados deportivos de este sistema, pero hay otros “intangibles” importantes, propios de su cultura y que son cruciales en la consecución de grandes resultados de manera consistente en el tiempo.

Uno de ellos, es importancia y la fortaleza de la identidad de los equipos deportivos. A nadie se le escapa que los estadounidenses están, o al menos así lo muestran, muy orgullosos de su identidad nacional, banderas por todos los lados, el himno hasta en la sopa… pero, esos símbolos son una mera demostración de su identidad? o por el contrario es la reiteración de esos símbolos lo que refuerza esa identidad? La respuesta probablemente sea que un poco de ambos, la importancia de los símbolos es vital para crear y mantener una identidad fuerte.
 
En la Universidad de Washington eso lo tienen muy claro, en primer lugar tienen claramente definido un color institucional, el purpura. Todos los actos, todos los logos, todos los carteles y banderolas, todos los equipos deportivos, toda la ropa disponible en sus tiendas, toda la ropa conmemorativa de diferentes eventos deportivos… TODO lleva ese color. Un color vistoso y claramente identificable, es lo primero que ves cuando llegas aquí, día tras día muchísima gente en el campus viste alguna prenda con ese color, y cuando hay algún evento deportivo o institucional el campus se inunda de ese color.

En segundo lugar su nombre o sus siglas (UW) también suelen estar siempre bien visibles, llegando a casos bastante curiosos. Dado que la mascota de los equipos deportivos de la Universidad es un Husky muchos de los eventos que se realizan llevan la palabra perro en sus nombres, pero no la escriben como sería normal “dog”, sino como “dawg” que suena igual pero lleva la W de Washington (aparte de que en jerga debe ser una forma de referirse a amigos cercanos, con lo que juegan con ambos significados).

 

Y todo eso que implica? Pues que rápidamente esa fuerte identidad te envuelve, quieres ser parte de ello, y en poco tiempo te estas poniendo la camiseta morada que te dieron en alguno de esos eventos para ir a animar alguno de los equipos de la universidad, o si tienes aptitudes deportivas intentas formar parte de alguno de esos equipos y defender esos colores. Ya que uno de los factores para entrar y mantenerse en un equipo deportivo es el sentimiento de grupo, el ser parte de algo más grande, cuanto mayor sea ese sentimiento de grupo mayores serán las ganas de pertenecer a ese grupo. Y el sentimiento de grupo será mayor (para los que ya forman parte de él), y más visible (para los que aún no forman parte de él), cuanto más fuerte sea la identidad de ese equipo.

La identidad del equipo, entendida de esta manera, es una poderosa forma de fortalecerlo, de crear vínculos permanentes de unión entre el equipo y sus deportistas, de atraer a nuevos deportistas a nuestro equipo porque deseen forma parte de esa identidad.

Pero no es fácil forjar una identidad así, en primer lugar hay que hacerlo pensando en medio-largo plazo, no es cuestión de unos meses, sino de una labor continuada durante bastantes años, con unos ingredientes fundamentales (a nivel simbólico o icónico, evidentemente todo esto no servirá de nada si no fomentamos el ambiente de equipo y las buenas relaciones entre sus miembros):

-         - Un color reconocible: a lo largo de los años los diseños de las equipaciones del equipo podrán cambiar, podrán introducirse otros colores accesorios, etc. Pero si durante años toda la ropa de entrenamiento, protocolo y competición del equipo, y todas las camisetas conmemorativas de los eventos organizados, tienen un color reconocible común lo que se consigue es que en cualquier evento cualquier miembro, ex-miembro o simpatizante del equipo, lleve la prenda que lleve de cualquier temporada, sea una parte del todo que es el equipo. Esto producirá un sentimiento de grupo fuerte y una clara identidad, los miembros del equipo sentirán que forman parte de algo cada vez más grande, y se atraerá a más gente nueva. Adicionalmente, crear esta identidad es una estrategia de marketing perfecta, si durante años cada vez a más gente se la ve luciendo el mismo color será más fácil convencer a un posible patrocinador.

Como residente habitualmente en Valladolid el mejor ejemplo de ello lo tengo muy cerca. El club Triatlón Pisuerga, con su ya clásica equipación rosa chillón. Puedo asegurar que la gran mayoría de vallisoletanos saben quiénes son gracias a esa equipación, y que año tras año captan nuevos deportistas que se ven atraídos por ese equipo tras ver una montonera de gente de rosa en las competiciones.


-          -  Símbolos: ya sea bien el nombre, sobrenombre, el escudo, etc. Tiene que haber algo permanente en el tiempo (el nombre, o al menos el nombre completo puede ser complicado mantenerlo para equipos que dependen de patrocinios que desean aparecer en el nombre del equipo), algo que identifique siempre a los miembros de ese equipo, pasados, presentes y futuros, ya que estos símbolos son los que dotaran de significado al color que se ha mencionado antes. En el ejemplo de las Universidad de Washington, el morado está asociado a la W o a la mascota (el Husky) y ya con solo eso se resume toda su identidad, cualquier cosa que combine ambos (color y símbolo) queda ya asociada a ese gran grupo. Cualquier persona que viste una prenda con esa W o ese Husky se siente parte no solo del grupo de deportistas que conforman actualmente su equipo, sino miembro de una gigantesca comunidad formada por todos los equipos de diferentes deportes de esta Universidad, así como por todos los ex-miembros de esos equipos a lo largo de los años. No se sienten parte de un grupo de por ejemplo veinte personas que conforman su equipo, sino de un grupo que engloba a miles de personas, lo que evidentemente es mucho más atractivo y motivante a la hora de elegir entrar a formar parte de ese grupo. Esa es la función de un símbolo, tener un significado que vaya más allá de las circunstancias actuales.

 
Otro detalle curioso, es que como he dicho la mascota de la Universidad de Washington es un Husky, evidentemente es menos impresionante en un partido de football que un toro, un indio con una lanza en llamas (otras mascotas de equipos de football de por aquí), pero a los críos les encanta, los niños pequeños de la zona son “fans” del equipo de la universidad porque les gusta la mascota, y quieren tener una camiseta con los colores de las camisetas de los mayores y esa mascota que les gusta. Y cuanto crezcan querrán ser parte de ese equipo, y si consiguen serlo será un orgullo para ellos defender esos colores y esa mascota. Ese es el valor añadido de tener un símbolo que pueda ser atractivo para el publico infantil.

Aunque en este post haya dado ejemplos de equipos de triatlón y football esto puede aplicarse a un equipo de natación o cualquier otro deporte (los ejemplos en triatlón eran más claros ya que dan más juego las equipaciones, etc). Crear una identidad fuerte para un equipo es un proceso largo, y cuyos resultados se empiezan a ver también a largo plazo, es difícil atreverse a establecer y mantener unos colores y símbolos de forma permanente, principalmente porque quienes deben hacerlo seguramente no seguirán en el equipo cuando esto empiece a dar sus frutos (no es como en USA donde el entrenador de un equipo universitario puede serlo y vivir de ello de por vida), incluso puede pensar que es demasiado pensar a lo grande para un equipo pequeño, pero…

…lo único seguro es que si nunca pensamos a lo grande, nunca dejaremos de hacer cosas pequeñas.

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