Hace poco me encontré con un antiguo compañero del Casino, y me hizo recordar la siguiente anécdota.
Él había ganado la clasificación individual absoluta del primer Triangular Aranda-Ávila-Segovia pero en la segunda edición se perdió una de las jornadas, llegando a la última sin opciones de reeditar la victoria.
Ya durante el viaje en autobús hasta Aranda de Duero se encontraba mal, empeorando tras el calentamiento, mareos, el estomago revuelto… mientras los demás estirábamos él estaba tirado en el suelo intentando recuperarse…
…llega su primera prueba, y él sigue igual, pero daba la coincidencia que el líder de las clasificación individual a falta de esa jornada era uno de sus compañeros, y en esa prueba él nadaba contra uno de los rivales de su compañero… así que decidió nadar pese a encontrarse mal, para restar puntos al nadador rival y ayudar a su compañero a ganar la clasificación individual.
Nadó, logró el objetivo, salió de la piscina y… se fue a los baños a vomitar… y otra vez tirado en el suelo con cara de muerto viviente… Llega su segunda prueba, en las mismas circunstancias que la anterior… todos le dicen que no nade, pero él se empeña en nadar, vuelve a tirarse, vuelve a restarle puntos al rival de su compañero y… vuelve a vomitar…
Solo quedaba el relevo, sin él no había equipo y dada su obstinación en nadar se confecciona el equipo pensando en evitar que tenga que esforzarse, nadarían primero los dos relevistas más lentos, y él iría tercero, con la idea de que si las cosas iban como se preveía la desventaja sería insalvable y podría nadar con tranquilidad.
Los dos primeros relevos transcurrieron como se esperaba, nos sacaban 25 m a falta de dos postas de 100 m libres, y se tiró a nadar entre consignas de “tu tranquilo, que no merece la pena darse la paliza” y… remontó medio largo en su posta dándolo todo… el último relevista remataría la machada ganando la prueba en la última brazada… él ya no se sentía mal ni tenía nauseas… su equipo había ganado.
Los dos primeros relevos transcurrieron como se esperaba, nos sacaban 25 m a falta de dos postas de 100 m libres, y se tiró a nadar entre consignas de “tu tranquilo, que no merece la pena darse la paliza” y… remontó medio largo en su posta dándolo todo… el último relevista remataría la machada ganando la prueba en la última brazada… él ya no se sentía mal ni tenía nauseas… su equipo había ganado.
El héroe de esta historia se llama Nacho Merino, es un nadador cántabro que por estudios recaló unos años en el Casino, en Santander había logrado grandes resultados a nivel nacional y estaba ya “medio retirado”, llevaba poco más de un año en el Casino cuando sucedió esto, se dejó la piel por un equipo y unos compañeros que podría decirse que apenas conocía.
Ese mismo día, en esa misma jornada, la selección de Segovia partía como líder y favorita para alzarse con la victoria general por equipos… pero perdimos… perdimos porque alrededor de media docena de nadadores segovianos no fueron a competir porque no les apetecía. La delegación de Segovia era uno de los motores de ese Triangular creado para dar una oportunidad a nuestros nadadores de competir cuando apenas existían pruebas para ellos, la delegación de Segovia pagaba un autobús para ir a cada jornada, pero mientras un nadador de Santander daba una lección de compromiso varios segovianos decidieron que estaban más cómodos en casa.
Falló esa vez, y falló y sigue fallando otras muchas, falta compromiso de nuestros nadadores por hacer crecer nuestra natación. Tenemos algunos nadadores comprometidos al 200%, tenemos clubes y entrenadores comprometidos al 200%, pero no tenemos una base de nadadores y padres mínimamente comprometidos.
El compromiso no trata de entrenar 3 horas diarias, ni de que la natación sea lo más importante en la vida, compromiso es que si estás en un club que trabaja, que lucha por ofrecerte los mejores entrenamientos posibles, con las mejores instalaciones y al menor precio posible, tú debes ayudarle en la medida que puedas, y en el 99% de los casos la mejor manera que tiene un deportista de ayudar a su club es ir a competir, ya que por la asistencia a esas competiciones es por lo que ese club tendrá subvenciones, ayudas, patrocinadores… Si, has leído bien, “por la asistencia”, para que la natación en Segovia crezca, para que tu club crezca, no hacen falta estrellas, no hacen falta medallas, hace falta que a cada competición vayan una docena de nadadores, y ahí, TÚ, seas rápido o lento, alto o bajo, gordo o flaco… ahí TÚ eres importantes, TÚ puedes aportar tu granito de arena.
Hace casi 10 años que Luis José Gilarranz y yo fuimos a unos territoriales, teníamos mínimas pero no equipo para nadar los relevos… Han pasado diez años y seguimos teniendo nadadores con mínimas en los territoriales, pero ningún relevo. Si yo estuviera en vuestro lugar iría a los territoriales aunque solo fuera a nadar un solo relevo con mis compañeros, a vivir esa experiencia y permitir a mis compañeros vivirla, a ser parte del primer equipo segoviano en nadar relevos en unos territoriales.
No todos los nadadores pueden ganar medallas, no todos pueden batir records, pero ya que todos entrenan, que todos están en un equipo… ¿porqué no hacer que tu paso por el equipo importe? Si todos intentamos que nuestro paso por un equipo aporte algo para que ese equipo mejore antes de que nos demos cuenta la natación segoviana avanzará a pasos de gigante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario